Hola, mi nombre es Cleo y vivo en Nueva York, pero soy española y os voy a contar mi historia
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Hola, debo deciros, queridos lector@s que os agradezco mucho que leeais mi historía, siento no escribir muy a menudo, no tengo mucho tiempo libre, subiré uno o dos capítulos al mes, puede que incluso tres en algunos.
Un saludo,
Olivia Sanz

martes, 1 de mayo de 2012

Capítulo 4: La llegada

Cuando bajamos del avión, Marta y yo nos quedamos juntas, mirando todo el rato por una ventana del aeropuerto, se veían unos cuantos rascacielos a lo lejos, pero preferíamos sólo mirar y no decir ni una palabra, puede que os parezca un poco raro pero, con tanta emoción nos pondríamos a gritar. Marta y yo somos de ese tipo de chicas que cuando nos pasa algo así debemos soltarlo pero para aguantarlo teníamos que estar calladas ni mirarnos si quiera, si alguien nos hubiera visto pensaría: "estas niñas se han enfadado", pero eso no era lo que pasaba. Nos sentamos juntas en un banco, esperando la llegada de nuestros padres, no nos lo podíamos creer, pensábamos "esto es un sueño" o "no puede ser real", antes de que os cuente lo siguiente debéis saber que las mejores amigas tienen una especie de telepatía y podemos saber que piensa la otra, pues eso fue lo que pasó, Marta y yo pensamos a la vez: "necesito que alguien me pellizque" y con la telepatía lo oímos y nos pellizcamos a una a la otra y gritamos: ¡ay! y mucha gente de nuestro alrededor empezó a mirarnos, pero la cosa fue a peor, intentamos disculparnos aunque debimos callarnos y dijimos: "souri" y no lo he escrito mal, fue lo que dijimos, sabemos decirlo bien pero de los nervios nos salió mal, ¡que corte!, ya nos calmamos y como lo de estar calladas había puesto las cosas peor empezamos a hablar, en voz baja, claro. Pero no mucho ya que a lo lejos vimos a nuestros padres llegar.
-Cleo, pide un taxi que nos lleve al hotel, ten, usa mi teléfono- me dijo mi padre.
-Vale papa- respondí.
Marta y yo estábamos marchándonos y su padre intervino:
-Marta, ¿adonde vas?
-Con Cleo.
-No, no. Tú te vas a por Rosa y Sol que se han querido quedar en esas sillas de allí.
Marta pensó que no valía la pena replicar así que respondió.
-Claro papa.
Y se alejó caminando.
Lo de pedir un taxi me flipaba, primero porque pondría en práctica todo lo que he aprendido y segundo porque cuando llegara el taxi podría decir "¡eh, taxi!" cosa que siempre me ha hecho mucha ilusión decir, jeje. En cuanto acabé la llamada me sentía satisfecha, me había entendido. Me quedé en la puerta esperando al taxi y en cuanto lo vi, alcé la mano y dije: "¡eh, taxi!", ¡que alucine! Llamé a mis padres que acudieron enseguida y también le envié un mensaje a Marta. Ella llegó con Rosa y Sol cogidas de la mano que estaban discutiendo sobre qué tipo de muñecas eran mejores, las barbies o las bratz, la pobre Marta tenia una cara de agotamiento que en cuanto la vi fui a echarle una mano y lleve a Sol y a Rosa con mis padres y empecé a hablar con ella:
-¿Cómo estás?- le pregunte.
-Me han vuelto la cabeza loca, que si qué muñeca me gustaba más, las barbies o las bratz, ¡ahfff!- me respondió.
Yo pedí un taxi grande, con asientos grandes, maletero grande... Un taxi autentico de Nueva York. En la parte de delante, junto al conductor, se puso el padre de Marta ya que habla inglés a la perfección para indicarle; en la segunda fila había dos pares de asientos, en unos nos sentamos Marta y yo y en los otros mis padres; la madre de Marta es muy buena y se ofreció para ponerse en la tercera fila con las peques. Para no molestar, mis padres estuvieron mirando donde podíamos comer aunque para nosotros era cenar ya que llegamos a las dos de la tarde de Nueva York y a las ocho de la tarde de España; Marta y yo nos pusimos a mirar por la ventana mientras escuchábamos música; Rosa y Sol estuvieron conectadas a la DS; la madre de Marta miraba guías y su padre le daba las instrucciones. Mis padres y los de Marta ya habían estado en Nueva York y por lo que nos habían contado, habíamos leído y escuchado nos parecía una ciudad maravillosa. Llegó un momento en que, hasta nosotras lo escuchamos,  el padre de Marta gritó: "¡STOP!" y el coche pegó un frenazo, todos miramos por la ventana y vimos un precioso hotel muy grande y espectacular.



miércoles, 18 de abril de 2012

Capítulo 3: en el avión

Al llegar al aeropuerto tuvimos que esperar unos 20 minutos, luego nos llamaron para embarcar, en cuanto subí, tuve la sensación de que no volvería a ver mi ciudad en mucho tiempo, no sé porqué, pero la tuve. En el avión me olvidé de esa sensación, fueron ocho horas interminables, cada hora Marta y yo nos cambiábamos de sitio esperando ver Nueva York. La comida del avión estaba asquerosa. Marta y yo fuimos listas y escuchamos música sólo de un móvil o MP3 ya que nos gusta la misma música; cuando se acaba la batería de uno, cogíamos otro. Dormimos. Jugamos. Hablamos. A Rosa y Sol las llevaron a la cabina del piloto porque no paraban de calentarnos la cabeza y también a mis padres. Llegó un momento en que nos estábamos cambiando de sitio y las dos juntas vimos la Estatua de la Libertad: ese momento nunca lo olvidaré, Marta y yo en ese momento, nos abrazamos de la emoción y nos pusimos a gritar en voz baja. En ese momento nos avisaron por los altavoces de que estábamos a punto de aterrizar.

sábado, 7 de abril de 2012

Hola a todos

Español:
Quiero deciros que no podré poner entradas del 7 al 15 de abril. Lo siento.
English:
I tell you that I can not put entries 7 to 15 April. Sorry.
Français:
Je vous dis que je ne peux pas mettre des entrées 7 to 15 Avril. Désolé.
Deutsch:
Ich sage euch: Ich kann nicht Einträge 07 bis 15 April. Entschuldigung.

jueves, 22 de marzo de 2012

Capítulo 2: El viaje

Marta y yo no dormimos en toda la noche, estuvimos leyendo libros sobre nuestra querida ciudad, toooodos los libros que teníamos, y cada una tenemos 15 y nos los hemos leído un montón de veces también, desde el ordenador miramos en Internet cosas sobre Nueva York pero no sobre nuestro hotel; lo ha elegido mi padre que tiene muy buen gusto para eso. Nos tenemos que ir de aquí sobre las diez así que hemos puesto el despertador a las ocho de la mañana. Ya son las ocho y hace tiempo que mi madre ya está levantada preparándolo todo, el desayuno, umm... huevos con bacon, ¡para que nos vayamos acostumbrando al desayuno de los americanos! Y, ¡porque nos encantan a mi y a Marta! Jaja.
Terminamos de desayunar y fuimos a vestirnos, Marta se puso una camiseta de I love NY, unas mallas y una chaqueta vaquera, yo, en cambio, la misma camiseta pero con unos vaqueros y un chaleco vaquero, queremos comprarnos unas camisetas auténticas de Nueva York. La chaqueta, por si acaso, pero hace mucho calor allí. Nos peinamos y ,a regañadientes, mi hermana fue rápida, ella no tiene mucho interés en ir pero tiene que hacerlo, espero que no moleste. Mamá nos acaba de decir que nos subamos al coche. En el coche, Marta y yo jugamos a la DS pero no demasiado, tenía que estar cargada. Sus padres iban en otro coche siguiéndonos.

martes, 6 de marzo de 2012

Capítulo 1: Preparando el viaje

Hoy es fin de curso, ha acabado 4º de la ESO y estoy entusiasmada porque  mañana me voy a Nueva York, llevo ahorrando ahorando todo el año y conmigo viene mi mejor amiga, se llama Marta, la adoro, es una chica estupenda y ambas tenemos los mismos sueños, hacernos unas famosas cantantes e ir a Nueva York y uno de ellos se va cumplir, vamos a ir con nuestras familias. Hoy toca despedirse de nuestros amigos. Mañana por la mañana prepararé las maletas. Hoy Marta ha venido a mi casa a planear lo que haremos y a preparar las maletas; estamos muy contentas y entusiasmadas, lo malo es que mi hermana Rosa no para de pasearse por nuestra habitación y no nos deja hacer nada, menos mal que su amiga Sol se viene con nosotros porque si no me estropearía el viaje. Marta y yo nos llevaremos el armario entero, unos peluches y nuestro "cofre de Nueva York" donde tenemos todo lo que necesitamos para el viaje. Marta se queda en mi casa a dormir, esta noche cargaremos las nintendos DS, el móvil, el mp3 y el portátil, ya que se tarda ocho horas en llegar.